La última junta de Laporta de la temporada tampoco soluciona el drama económico

El día en que, presuntamente, se iba a cerrar la brecha trágica de Barça Studios con nuevas inversiones y patrocinios, el protagonismo se lo llevó Víctor Font con otro ambiguo posicionamiento intentando liderar una oposición a punto de pasar a la acción

Joan Laporta - Foto: FC Barcelona

La directiva de Joan Laporta cerró la que iba a ser la reunión trascendente y clave de la temporada sin emitir siquiera un comunicado sobre las carpetas pendientes, como el balance del ejercicio y la posibilidad de que aparezcan los 100 millones desaparecidos de la funesta operación de venta de Barça Studios. Fue un día más de espera en el largo tránsito -dos años- de una frustrada maniobra cada vez con más apariencia de fraude contable, que, en las últimas horas, volvió a dilatarse sin que existen perspectivas ciertas de que alguien quiera invertir dinero en ese negocio fantasma, que si no atrae capital es, precisamente, porque ni el propio Laporta es capaz de explicarlo de forma convincente.

Así, los titulares de la tarde-noche de la larga jornada fueron para Víctor Font, el pequeño caudillo de la oposición que dio un paso al frente complicado de entender, por no decir que acabó siendo un paso a un lado. Su mensaje, endureciendo la crítica por la gestión de Laporta en todos los ámbitos, aunque ambiguo y excusatorio sobre el balance de Xavi -su gran apuesta electoral-, fue el de una llamada a todos los barcelonistas de la disidencia, aquellos que, como él mismo, consideran llegado el momento de la movilización, para que se alisten en sus filas, que se lo hagan saber y le hagan llegar su disponibilidad y datos de filiación para ser localizados y activados si se produce la emergencia.

En este punto, Víctor Font volvió a mostrarse confuso y poco determinado a asumir una posición de liderazgo frontal en contra de la junta. Pareció invitar a los socios disconformes a que sean ellos quienes levanten la mano, propicien un recuento, y se planteen actuar en función de esa respuesta social. Nada concreto, como siempre, dejando claro, de nuevo, que no es momento de iniciar un proceso de voto de censura, pero que como Laporta «se ha convertido más en un problema que una solución», el uso de esa herramienta no puede descartarse del todo «si se cruzan líneas rojas si se detectan posibles infracciones delictivas. Hay temas turbios y dudosos como de los avales, que no se explican ni justifican diciendo que no es un problema ético, sino estético, o esa cuestión de enorme trascendencia patrimonial como la resolución de la venta de Barça Studios».

En realidad, Font hizo un movimiento público más de cara a la oposición que se mueve en la ciudad estos días, por primera vez con cierta necesidad de actuar en bloque, que dirigido a fomentar su popularidad social. El motivo es que ya han sido convocadas reuniones inminentes para consolidar esta urgencia de unidad en contra de Laporta y que Víctor Font aspira a protagonizar como uno de los personajes clave de esta primera conspiración realmente seria y con una hoja de ruta.

Se sabe que Víctor Font y Joan Camprubí se han visto recientemente para hablar de una primera alianza sin ataduras electorales por ahora, y que otros socios como Marc Ciria, Xavier Faus, Jordi Termens, José Elías o Eduard Romeu se mueven en las sombras intentando engordar en esta fase inicial de precampaña de cara a 2026. El problema para Font es que Evarist Murtra impulsa la candidatura de Joan Camprubí y que otros barcelonistas de peso e influencia parecen decididos a darle cobertura como un proyecto de nueva generación y con la capacidad de ofrecer, verdaderamente, una alternativa a esa generación de 2003 a la que Font pertenece también por su vínculo con Ferran Soriano en aquellos tiempos y, en el fondo, porque él era el candidato de los poderes fácticos de Cataluña en las elecciones de 2021 hasta que Laporta irrumpió en el horizonte. En definitiva, Font ha querido marcar territorio de cara a este movimiento telúrico en las entrañas de una oposición decidida finalmente a actuar ante las escandalosas brechas de la gestión laportista.

El desconcertante epílogo de la jornada de ayer fueron las informaciones filtradas desde la junta en el sentido de que un inversor americano iba a poner 40 millones de los 100 pendientes de Barça Studios, que Spotify estaría interesado en invertir en Barça Vision y que con Libero se habían reabierto negociaciones de última hora para eludir las consecuencias de un intercambio de demandas por el impago atrasado desde el 15 de junio de 2023. Tanto rumor, asumiendo que las expectativas en torno a Nike eran fuegos de artificio a corto plazo, pues sigue sin aparecer ni venderse la camiseta del 125º aniversario, sigue ofreciendo muestras de improvisación, desbarajuste y de evidentes problemas para superar los graves problemas financieros que acosan a Laporta.

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