La importancia de la fiscalidad europea

Ante las próximas elecciones europeas del 9 de junio, tal vez las más importantes desde su constitución, en tanto que se pretende desarrollar, entre otros muchos temas, como paso previo a la futura ampliación, mecanismos e instrumentos para:

  • Dotar a la UE de Presupuestos paneuropeos. Actualmente gestiona aproximadamente el 1% del PIB de la UE. Con motivo de los fondos Next Generation, que fueron el resultado de un acuerdo mancomunado de los países miembros para hacer una emisión de deuda solidaria entre todos los países miembros, no siendo un presupuesto propio administrado por la UE. Sin duda la UE necesita capacidad presupuestaria amplia.

  • Modificar los Estatutos de la UE para dejar de requerir unanimidad de todos los Estados miembros, articulando mayorías cualificadas suficientes para desarrollar nuevas directivas y leyes de ámbito europeo.
  • Dotar a la UE de estructuras de fiscalidad, tanto de recaudación de impuestos (Agencia Tributaria propia) como de redistribución de la riqueza.
  • Desarrollar mecanismos para prevenir y perseguir el fraude fiscal y evitar la elusión fiscal con directivas en el ámbito de la UE.

Para poder encarar todos esos puntos en la próxima legislatura resulta imprescindible el desarrollo de una fiscalidad justa que quede imbuida en los tratados de la UE como garantía del desarrollo y mantenimiento del Estado del Bienestar, que representa un pilar sólido y distintivo de nuestra UE.

Una legislación de fiscalidad de la UE, con su dimensión, puede influir en otros muchos actores globales, por ejemplo, con impuestos internacionales o reglas que implementen los países más grandes para evitar el dumping fiscal a nivel global. Un ejemplo de éxito contra la evasión fiscal está siendo la obligación de los bancos de declarar las operaciones financieras (transferencias y demás) entre países. Se ha reducido el tráfico “gris” de estas operaciones opacas en más de un 60%.

También normativas antidumping fiscal. Hay países en la UE (Luxemburgo, Irlanda y Países Bajos, principalmente, aunque también los países bálticos -Estonia, Letonia y Lituania-) que, con sus prácticas de reducción de impuestos resultan lesivas para otros países.

Una “Directiva sobre tributación mínima global”, que establece una tributación mínima del 15% para las grandes multinacionales que tengan ingresos de más de 750 MEUR, debería haber sido traspuesta por los Estados miembros antes de finales de 2023. Varios países aún no la han recogido en su legislación, entre ellos España. Se espera que no tarden mucho en estar todos los países miembros. Esto, además de garantizar la aportación de impuestos de las grandes corporaciones, puede contribuir a reducir y mitigar el efecto del dumping fiscal y la consecuente “competencia fiscal lesiva”.

En marcha está una Iniciativa Ciudadana Europea (www.tax-the-rich.esque pretende recoger un millón de firmas de apoyo para que la UE “ponga en marcha un impuesto sobre las grandes fortunas destinado a reforzar la lucha contra la pobreza, las desigualdades económicas y sociales, y que genere recursos adicionales que permitan financiar medidas urgentes para combatir el cambio climático”.

Las firmas han de ser con un mínimo número en al menos 7 países, en función de su población. En el caso de España le corresponden un mínimo de 41.595 firmas. Países como Francia ya han alcanzado y superado, casi doblado, el número mínimo. Esta iniciativa, si alcanza esos mínimos (estará abierta hasta octubre de 2024) será de obligado desarrollo legislativo por parte de la UE. Es una manera de que la UE tenga en consideración las iniciativas ciudadanas.

Para desarrollar estas peticiones, la UE tiene que dotarse de estructuras y legislación propia para poder afrontarlas con éxito. Para poder impulsar todo lo expuesto hace falta que el Parlamento resultante de las elecciones del 9 de juniotenga una mayoría que anteponga los derechos de las personas para el desarrollo social propuesto, con mayor redistribución de la riqueza, con una fiscalidad justa.

Hay personas que piensan que las elecciones europeas no le conciernen, que no sirven para sus intereses personales y sociales. Cuando, precisamente, es desde la UE donde pueden desarrollarse políticas que ayuden y protejan la cobertura de las necesidades de las personas. Una votación masiva permite dar impulso a los retos ambiciosos que tiene la UE por delante.

Además, votar a propuestas sociales, de desarrollo sostenible, de mejora del Estado del Bienestar, de adecuación y superación del cambio climático, que no deje atrás a nadie, como se vio con el despliegue de los fondos Next Generation, que ayudaron a muchas empresas y personas a salir adelante, además de dar impulso hacia la Agenda 2030, reduciendo las energías fósiles y mejorar el futuro de nuestro planeta, que es el único que tenemos.

Desde estas líneas pido apoyar a opciones de progreso social para ayudar a llevar adelante todo lo expuesto.

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