Laporta asume la imposibilidad de reponer el impago de Barça Studios esta temporada

Después de engañar a la prensa con falsos inversores y después con la entrada de patrocinadores del club, que también se han dado a la fuga, Laporta ya ha renovado su aval del año pasado y ha negociado consigo mismo el aplazamiento del segundo pago (60 millones) a septiembre

Joan Laporta y Eduard Romeu

Está claro que a Joan Laporta le daba igual presumir de CEO, pues de la misma forma que lo nombró tras ganar las elecciones se lo quitó de encima a las primeras de cambio sin mostrar la menor prisa, al contrario, por sustituirlo. De hecho, el puesto sigue vacante hoy en día. Tampoco es que le quitara el sueño la figura del vicepresidente económico, electoralmente reservada para Jaume Giró en marzo de 2021, que también se volatilizó arrastrado por la primera ráfaga de rigor, orden y legalidad que pasó de largo por la directiva. Luego, subastó el cargo a favor del mejor avalista, el empresario José Elías (Audax) quien, a su vez, por no poder acreditar su condición de barcelonista, hubo de nombrar a una especie de testaferro, Eduard Romeu, probablemente el vicepresidente económico de menos peso e incidencia en las políticas de una junta, veleidosa y frívola, con mucho más interés en gastar y exprimir los recursos del club que en conservarlos y mejorarlos. Romeu ya ha dejado de figurar, también sin suplente, lo mismo que no se han suplido las bajas/deserciones/despidos del director del Espai Barça, de la directora financiera ni del resto de los altos cargos ejecutivos que han ido saliendo a lo largo de los últimos tres años, curiosamente con el extraño efecto de un incremento regular de la nómina de alta dirección pese a su drástica reducción.

En directa proporción a esta pérdida de talento y como consecuencia de ese pálpito general de que el Barça acusa hoy más que nunca la ausencia de profesionales capacitados y solventes en prácticamente todas las áreas, pero en especial en la precaria estructura de su gobierno financiero y de sus soluciones económicas, se viene agravando la fotografía de sus estados financieros.

Definitivamente, el irresoluble entramado de Barça Studios, Barça Visión y Barça Media, que se ha convertido en una misma catástrofe con varias caras y tantas chapuzas como decisiones toma Laporta al respecto, camina en la dirección de enquistarse y de acabar siendo el lastre que acabe de provocar el colapso económico tan temido por el barcelonismo.

En las últimas semanas, ante el avance implacable del calendario hacia esas dos fechas claves en el cierre de este curso, el 30 de junio para el rescate del impago de Libero (40 millones) y el 15 de junio para ingresar el segundo plazo de la venta de Barça Studios (60 millones), la evolución del discurso de la junta ha dejado un reguero, otro, de falsedades y trampas, empezando por poner en duda que, realmente, el club tenga alguna posibilidad de exigir legamente el dinero que Libero nunca invirtió en el proyecto. La sospecha, avalada por la certeza de que, en su día, Laporta también afirmó que tanto Orpheus Media como Socios.com habían aportado garantías de pago que nunca existieron ni se exigieron, es que la presunta demanda a Libero es puro postureo, otra excusa infantiloide.

Luego, desde la propia junta, desde la ‘gestapo’ mediática laportista, se ha difundido que el club llevaba meses trabajando en la entrada de inversores, que la entrada de dinero fresco era “segura e inminente”, antes de cambiar a un relato, la semana pasada, según el cual al final se había optado por reservar esta ‘ganga’, o sea la posibilidad de invertir en un proyecto que nació muerto, a patrocinadores y proveedores que ya trabajan con el FC Barcelona. El resultado ha sido, pese al reiterado entusiasmo de la prensa que se traga esas trolas una detrás de otra, que las mismas fuentes del club dan por imposible el rescate de esos 40 millones, obligando a Laporta a renovar el aval de 12 millones que ya aportó el año pasado para sostener parte de las inscripciones de la temporada 2023-24.

También ha trascendido, en cuanto a los 60 millones del pago de vencimiento 15 de junio, que la junta ha negociado consigo misma, pues ahora mismo no existe ningún compromiso de pago con nadie, el aplazamiento de ese cobro al mes de septiembre. Otro fraude contable interno que no soluciona nada, a menos que LaLiga le permita diferir la carga de esa deuda al próximo ejercicio 2024-25 en el que estos 60 millones se añadirían a los 60 millones de vencimiento 15 de junio de 2025. En cualquier caso, a efectos de LaLiga el ’agujero’ negro de Barça Studios seguirá existiendo, aumentando y erosionando esa ansiedad laportista por seguir gastándose el dinero que el Barça no tiene ni tendrá por la sencilla razón de que Barça Studios no es más que una furtiva operación financiera especulativa y imaginaria que ha generado un boquete de 368 millones, los 160 pendientes de cobrar por el valor de los 200 millones de la venta del 49% por 200 millones y los 208 del ingreso contable que se inventó Laporta antes de 30 de junio de 2023 por el presunto valor (risas) del 51% de una compañía cuya facturación, beneficios, actividad industrial, comercial o mediática son indetectable.

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