Madí asegura que Puigdemont quiso relevar a Trapero antes del 1-O, pero el sustituto murió

El exdirigente de CDC confirma en un libro que "la organización logística y económica" del referéndum dependió de un grupo externo al gobierno catalán

El exdirigente de CDC, David Madí

Un año antes del 1-O, el entonces presidente de la Generalitat Carles Puigdemont quiso relevar a Josep Lluís Trapero como comisario en jefe de los Mossos d’Esquadra, pero la muerte de quien tenía que ser el sustituto, David Piqué, abortó los planes. Así lo asegura el empresario y exdirigent de CDC David Madí en su nuevo libro Merèixer la victòria (Columna, 2024), que se presenta públicamente este miércoles y que dice querer explicar «el ‘procés’ para adultos». Madí asegura que, después de sondear qué actitud tendría Trapero ante el referéndum, había «serias dudas en las altas esferas de sobiranismo, porque se consideraba muy relevante tener la seguridad sobre qué papel adoptaría la cúpula de los Mossos en el momento crítico de la bifurcación de legalidades».

El exsecretario de Comunicación de CDC explica que él mismo, en 2016, mantuvo una comida con Trapero –que había llegado al cargo en 2013 de la mano del consejero Ramon Espadaler— y con el entonces director general de los Mossos, Albert Batlle, y que, ante las preguntas sobre el 1-O, «la respuesta siempre fue la misma: respeto a la legalidad vigente y a las instrucciones de los jueces». A partir de aquí, continúa el relato de Madí, «la opinión que había consensuado la cúpula política en 2016 era que ante las dudas que generaba Trapero, era preferible relevarlo y nombrar a alguien que ofreciera un compromiso personal de lealtad con el país, el cuerpo y la Generalitat de Catalunya».

El escogido para el relevo era el comisario David Piqué, entonces segundo jerárquico del cuerpo y que lideraba la «familia catalanista». Según explica Madí, a finales de agosto fue convocado a un «encuentro informal», que fue bien. Piqué «asumió el encargo de reformular una nueva cúpula del cuerpo profesional, sin dependencias externas, en un momento en el que había una notoria representación de mandos que venían de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía». También concretaron una nueva «reunión discreta» con Puigdemont «para validar la propuesta de esta nueva dirección del cuerpo». La reunión tenía que tener lugar el 28 de septiembre del 2016, pero el día 26 «apareció muerto en su domicilio», por muerte repentina.

«El cambio de cúpula policial obviamente quedó abortado y sin continuidad, puesto que se consideró que en aquel momento no había ningún otro mando que reuniera las condiciones idóneas de capacidad de liderazgo», explica Madí.

Externalización de la organización del 1-O

En su libro, el exdirigente de CDC también relata la génesis del llamado «estado mayor del proceso». Explica que fue en una reunión después de la Semana Santa de 2017 que «quedó establecido quiénes serían los componentes del estado mayor y sus funciones y la frecuencia de las reuniones». También indica que la CUP fue excluida «por su falta de fiabilidad», pero que había un comité de enlace con los anticapitalistas.

En este sentido, Madí confirma que se «externalizó» en este órgano «la organización logística y económica del referéndum» con una «dirección operativa única que superara las trifulcas y el bloqueo administrativo del Govern y que pudiera tomar decisiones sobre todos los ámbitos que configuraban el espeso tejido soberanista». Como anécdota, el exdirigente convergente detalla que «las sedes de las reuniones (del estado mayor) eran cambiantes, y pueden ir desde el Palacio de Pedralbes hasta la caja fuerte de una antigua sede bancaria».

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