Sexo, género, normalidad y voluntad de entender

«¿Y qué es ser normal?» se pregunta una de las protagonistas de la película Norberto/a, que podrá verse en los cines a partir del 26 de julio. Trata de la historia de Norberto que, ya en edad adulta avanzada, se decide a ser y decir que es una mujer, Norberta. Está casado, tiene hija y nieta. La mujer que se pregunta qué es ser normal es su madre.

La nieta dice pertenecer a las personas de sexo fluido y que tiene una relación con un chico y una chica, que son un trío. Pero al final se da cuenta de que quien le gusta es el chico y se queda sola.

Cuando Norberto decide dar el paso de presentarse al mundo como Norberat, su entorno reacciona de formas diversas. La nieta lo aplaude. Su hija queda desconcertada. Su hermano se aleja y su mujer se marcha de casa, no puede entenderlo. Finalmente, triunfa la buena fe de todos, la voluntad de entender o aceptar la decisión de Norberto de ser y llamarse Norberta.

¿Y por qué no?

Seguro que a menudo esta transición no es tan amable como la vemos en la película. El debate sobre la cuestión trans se vive con mucha pasión y existen intransigentes en ambos bandos. Quizá el debate más complicado y conflictivo sea el que afecta a la transición de los chicos y chicas adolescentes. La película no va de eso pero creo que se debería hacer frente a la transición en la adolescencia con la actitud que describen las directoras de Norberto/a: Sonia Escolano y Belén López.

Escolano dice que “es una película con mucho humor, ternura y sobre todo un canto a la vida, a la esperanza ya la libertad. Una película con la que rendir homenaje a todos los valientes que deciden ser quienes son realmente”. López añade que «la vitalidad y bondad, la naturalidad y el aire desenfadado también son protagonistas aportando comicidad al tabú de las cosas series».

Lo suscribo. En la sala del cine donde nos hacían el pase de prensa, reí y pensé bastante. Y la frase que más se quedó en mi cabeza es la que encabeza esta columna: “¿Qué es ser normal?”. Sea cual sea la respuesta que cada uno dé a esta pregunta, lo que no debería ser normal es hacer frente al tema trans buscando enemigos y culpables, con agresividad y violencia verbal o física.

No se trata, ni mucho menos, de frivolizar al respecto. Planteárselo en serio y con la voluntad de ayudar sobre todo a los adolescentes y jóvenes que lo viven en primera persona no debería ser incompatible con la mirada tierna, esperanzada, natural y con dosis de humor que nos proponen las directoras de Norberto/a.

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