Sumar ve en la ley de amnistía una «victoria» que posibilita una «convivencia no basada en la imposición, sino en el reconocimiento de la pluralidad y la libre decisión de los pueblos y gentes». Así lo ha asegurado este jueves el diputado Gerardo Pisarello en el debate definitivo sobre la norma en el Congreso. El dirigente de los comunes ha considerado que la amnistía «no puede ser un punto final», sino que «tiene que ser la antesala de cambios más profundos» que acabe, entre otras cosas, con «la pretensión de la derecha de controlar al Supremo por la puerta trasera o de repartir guías a los jueces para que prevariquen» con la amnistía.
En su intervención, Pisarello ha defendido la ley de amnistía «para decir nunca más a las clavagueras y la guerra judicial«; para acabar con la «represión» contra independentistas, pero también contra militantes de otros partidos, «feministas, republicanos, activistas sociales y sindicalistas». El también secretario primero de la Mesa del Congreso ha dicho que «la amnistía que aprobamos hoy hubiera sido imposible sin la persistencia de miles de catalanes que no hemos aceptado lecciones de democracia de quienes todavía suspiran por el franquismo, ni sin la solidaridad de vascos, madrileños o andaluces que no se han añadido al a por ellos».
El diputado de los comunes ha alertado que delante no tienen unas «derechas como (Angela) Merkel», sino «unas derechas fanatizadas capaces de elevar a personajes trastornados como (Javier) Milei, una admiradora de Mussolini (en referencia a Giorgia Meloni) y un criminal de guerra como (Benjamin) Netanyahu». En este contexto, Pisarello ha «apelado a la mayoría de la investidura», recordando que «aquí hay fuerzas fanatizadas que nos querrían aislados», y les ha pedido «no permitirlo» y mantenerse «diferentes pero juntos en lo esencial, con lucidez antifascista, de pie y con dignidad».
