ERC, Junts y la CUP discrepan sobre la viabilidad de un referéndum acordado con el Estado

El PSC rechaza una consulta y apuesta por desplegar el Estatuto, mientras que los comunes quieren primero un acuerdo en Cataluña

Urna del 1-O (ACN).

ERC, Junts y la CUP hacen diferentes aproximaciones sobre un eventual referéndum pactado y cómo seguir con el proceso independentista. La lista del republicano Pere Aragonès tiene el Acuerdo de Claridad como una de las principales propuestas y está convencida de que Cataluña volverá a votar en referéndum a pesar de que el Estado diga que es imposible. Junts avala un referéndum acordado como el único sustituto del 1-O, pero es escéptico y dice que mientras tanto hay que preparar al país por si se tiene que ejercer la unilateralidad. La CUP, en cambio, cree que un referéndum acordado no tiene ningún recorrido y se abre a poner fecha a un nuevo referéndum «como herramienta de confrontación». El PSC quiere abrir una «nueva etapa» basada en el despliegue del Estatuto de 2006 y los comunes apuestan primero por un acuerdo en Cataluña.

La principal propuesta de ERC es alcanzar un acuerdo para la celebración de un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Después de la ley de amnistía, los republicanos creen que se dan las condiciones para iniciar la «segunda fase del proceso de negociación» con el Estado español, que se tiene que centrar en la resolución del conflicto. La propuesta concreta de ERC es un Acuerdo de Claridad, y los republicanos creen que la «vía óptima» para conseguir un referéndum es a través del artículo 92 de la Constitución, con una pregunta binaria sobre si Cataluña tiene que ser independiente y en una consulta pactada con el Estado. Una propuesta avalada por el informe encargado al Instituto de Estudios del Autogobierno (IEA).

Junts presenta en el 12-M la unilateralidad que había abanderado en las últimas citas electorales. La lista de Carles Puigdemont plantea las elecciones como una elección entre dependencia o independencia: «Entre partidos dependientes de Madrid o un independentismo arraigado a la herencia del 1-O, pero que a la vez quiere preservar y aumentar el autogobierno que tenemos ahora», define el programa electoral. Según el candidato de Junts, el referéndum y la declaración de independencia ya están hechos y solo sería sustituible por un referéndum acordado. Ahora bien, Puigdemont también avisa de que Cataluña no se tiene que esperar a comprobar que la vía negociada no funciona para ir preparándose, sin entrar en concreción.

Durante la campaña electoral, la candidata de los anticapitalistas, Laia Estrada, ha abierto la puerta a fijar una nueva fecha para un referéndum «como una herramienta de confrontación con el Estado». De hecho, la misma Estrada ha recordado que esta legislatura la CUP propuso al Parlamento poner fecha a un referéndum y que se hiciera antes de que acabara la legislatura, pero ni ERC ni Junts votaron a favor. Los anticapitalistas creen que un referéndum acordado con el Estado no tiene ningún recorrido.

El programa electoral de los cuperos defiende que la independencia no llegará a través del pacto con un régimen «que ha demostrado su perversión y demofobia» sino a través de la «desobediencia civil y la movilización popular». En este sentido, la CUP asegura que trabajará desde todos los frentes para generar las condiciones para lograr la ruptura con el Estado necesaria para que Cataluña se autodetermine.

Los socialistas quieren desplegar el autogobierno del Estatuto

La palabra referéndum no aparece ni una vez en el programa electoral del PSC. De hecho, los socialistas se han mostrado contrarios argumentando que es divisivo. Según la candidatura liderada por Salvador Illa, hay que abrir una «nueva fase» de despliegue del Estatuto de 2006. «En el marco de la Comisión Bilateral y de la Comisión Mixta de Traspasos se pueden concretar los más de 50 traspasos de competencias que quedan pendientes», aseguran.

Los socialistas catalanes centran su discurso en la necesidad de abrir una «nueva etapa» para Cataluña y aseguran que liderar el ejercicio del autogobierno es para el PSC «la máxima aspiración política». «Por eso queremos ejercer el autogobierno desde la ejemplaridad, la exigencia y la vocación de servicio público», añaden. La candidatura socialista basa su discurso en defender que «hay que girar hoja definitivamente del proceso independentista» y afirma que el camino unilateral «no tiene ningún recorrido».

Referéndum sobre «el acuerdo político», según los comunes

Los comunes apuestan por hacer un referéndum sobre «el acuerdo político» al que se llegue en el proceso de negociación. El programa electoral de la candidatura de Jéssica Albiach establece que primero se tiene que acordar entre los partidos catalanes una ley que regule cómo se tiene que hacer un referéndum, es decir, el procedimiento, las condiciones y las normas para interpretar el resultado. «Se trata de aplicar, adaptándolos a nuestra realidad, los principios de la ley de la claridad de Canadá», añaden.

La candidatura de Comunes Sumar defiende que hay una mayoría social favorable al diálogo para resolver el conflicto político y que rechaza tanto la vía unilateral como el inmovilismo. Considera, además, que después del 12-M se tiene que abrir una «nueva etapa» para continuar avanzando en el diálogo con el gobierno progresista del Estado. Al margen del referéndum, los comunes apuestan por impulsar una «agenda de adelanto del autogobierno».

Cs, PPC y Vox, los más beligerantes contra el independentismo

El PPC concurre al 12-M con la aspiración de aglutinar el voto constitucionalista contra el independentismo, y se presentan como alternativa a los socialistas, a quienes señalan como socio que ha cedido ante los partidos separatistas.

Ciudadanos (Cs) también rechaza la ley de amnistía y exige que Puigdemont y el resto de políticos «implicados en el golpe a la democracia de 2017» asuman sus responsabilidades penales. El partido liderado por Carlos Carrizosa promete actuar con «todos los medios jurídicos» para que los políticos condenados o «fugados al extranjero» no puedan presentarse a las elecciones ni ocupar cargos políticos.

El partido de extrema derecha liderado por Ignacio Garriga dice que el proyecto de los independentistas está basado en «el odio, la insolidaridad y la mentira», y promete derogar todo las normas «totalitarias» que han aprobado los partidos independentistas.

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