Los arroceros del delta del Ebro han contenido la merma de la producción, que será este año de aproximadamente un 30%, después de haber temido una catástrofe por la restricción del riego, el calor, la falta de productos contra las malas hierbas y alguna granizada, informa la ACN.
Ahora, inmersos en la siega del arroz, que se ha avanzado a mediados de agosto por las altas temperaturas, los arroceros están afrontando la que consideran que es la campaña «más difícil» de los últimos años porque han tenido que improvisar, probar cómo gestionar el agua dulce y tratar de llegar al final de la campaña.
«Saldremos de esta mejor de lo que pensábamos«, ha manifestado, eso sí, el presidente de Arroceros del Delta del Ebro, Jordi Casanova.
La previsión es que el precio se mantendrá alto, como el pasado año, cuando se incrementaron notablemente -sobre los 400 euros por tonelada- para compensar costes de producción disparados.
Los cultivos más cercanos al mar, recoge también la ACN, han sufrido especialmente por la salinidad y la falta de agua dulce, y allí las pérdidas serán graves, e incluso con campos que no se segarán.