Laporta cierra otro mercado con trapicheos, opacidad y trampas

Hubo que improvisar avales y pagarés de última hora, sin ninguna versión oficial sobre las cantidades de operaciones escandalosamente a favor de los intereses de un intermediario, Jorge Mendes

Joan Laporta

El desenlace del mercado azulgrana fue el previsto, es decir la esperada inscripción en el último segundo de todos los casos pendientes hacía meses, algunos estancados inexplicablemente desde otoño pasado, y la incorporación, también al límite, de los jugadores consensuados por Laporta y Deco, el lateral derecho João Cancelo y el delantero del Atlético de Madrid João Félix, ambos cedidos por una temporada, aunque este último metido con calzador en los planes de Xavi, que en realidad no lo quería ver ni en pintura. El delantero portugués, además, ha sido inscrito con ‘trampas’ ante LaLiga después de que Laporta intentase ‘colar’ un salario de 400.000 euros ante LaLiga, que al final fue de unos 3 millones, lo acabe cobrando o no, que nunca se sabrá.

Un guion completado que el frente laportista califica como otra hazaña sólo al alcance de un presidente excepcional y único como Laporta, merecedora de los más admirados y entusiastas elogios. No sólo porque el equipo ya cuenta con los refuerzos ‘soñados’, sino porque, pese a las terribles dificultades para convencer a LaLiga de la solvencia de la tesorería azulgrana, el ‘milagro’ llegó finalmente gracias a un esfuerzo personal de la directiva, incluido un aval contra el patrimonio del presidente, que ha facilitado el exitoso cierre del mercado.

Sobre este aspecto en concreto ni la junta del Barça ni LaLiga se han pronunciado, todo son conjeturas de la prensa catalana sobre la presentación de un aval y de pagarés contra no se sabe de qué importe y contra quién exactamente, ni las garantías y mucho menos el importe. Confusión, opacidad, falta de transparencia e improvisación han sido, en realidad, el denominador común de estos últimos días en los que los fichajes de relumbrón del principio del verano se han quedado en cesiones de jugadores como el de João Félix, de muy baja cotización en el mercado, o de Cancelo, prácticamente expulsado del City por graves problemas de disciplina. Nadie duda de que, después de todo, Laporta y Deco le han solucionado la papeleta a Jorge Mendes, el intermediario de ambos jugadores y también de Ansu Fati, la baja de última hora más sonada y propiciada por la explosión de Lamine Yamal, también de Mendes.

Los palmeros del laportismo más destacados como el director del diario Sport, Joan Vehils, fueron activados urgentemente para aclamar sobre todo el protagonismo de Laporta, que sigue sin saber, ni recuperar, a pesar de todo, el dinero de la venta de Barça Studios del verano pasado: “No hay otro presidente en el mundo -ha escrito- que disfrute tanto su cargo como Joan Laporta. La del viernes fue otra noche feliz para el presidente del Barça. Una más, de una semana, de esas que a él le gustan. Tras pasar tres días en Kirguistán, donde puso en marcha el proyecto Barça Experience, que incluye dos Barça Academy, un Barça Café y un Barça Store, y tras presenciar un partido de los Barça Legends, acabó con un viernes glorioso. Digo que fue una semana de esas que le gustan porque en este pequeño y desconocido país asiático recibió el trato de jefe de Estado y eso, a Laporta le reconforta. Luego, regresó a Barcelona, cerró cuatro operaciones en una tarde y acabó cenando en un restaurante del Garraf con Joao Félix, Cancelo y el todopoderoso Jorge Mendes. Una cena de esas que a él le gustan. Laporta es un tipo entregado al Barça y su imagen es tan popular como la de los propios futbolistas. Se dedica al club en cuerpo y ánima, goza de lo bueno y obvia la crítica y esos malos momentos de los que no se libra ningún presidente”.

La visión de Vehils refleja el talante y la perspectiva del periodismo y de la mayoría de elogios vertidos convenientemente desde las redes como el de Jordi Cuminal y otros, políticos y personajes de Tercera División necesitados del reconocimiento y de los retuits y likes que no obtienen de su propia y mediocre actividad: “En Cataluña hay un hombre que, sin él quererlo, ejerce un liderazgo institucional muy importante. Este hecho es mérito de él y demérito de otros muchos. Pero estamos donde estamos. Este hombre es el presidente del Barça, Joan Laporta i Estruch. Es un hombre que decidió presentarse a presidir el club en un momento en el que el Barça tenía un grave riesgo de desaparecer por mala gestión económica. No hay que olvidarlo: todo el sufrimiento presente es responsabilidad de los antiguos dirigentes del club. Pues bien, este hombre, que está saliendo adelante, esta semana ha tomado dos decisiones importantes: denunciar a Rubiales, entendiendo qué perfil le corresponde al club, y avalar personalmente un crédito que permita tener una plantilla más competitiva”. Si lo de denunciar a Rubiales, del cual no ha pedido la dimisión, además de haber tardado más de una semana en apoyar a sus jugadoras y haber exhibido un pasotismo indignante en el triunfo de Aitana Bonmatí en la Gala de la UEFA porque se estaba mejor junto al presidente dictador de Kirguizistán, ya es bastante discutible, todo lo demás forma parte de las consignas divulgadas desde la propia junta. 

Es la misma versión, sintetizada, de su sheriff Enric Masip en forma de tuit: “President @JoanLaportaFCB lo has vuelto a hacer… ¡Eres el mejor! Con lo que has heredado, tienes las narices de hacer el estadio nuevo, hacer el equipo competitivo para luchar por todo, aguantar la presión negativa de haters, envidias etc. tiene un mérito brutal. Eres único. Visca el Barça”.

Hay quien, sin embargo, considera catastrófico, vergonzoso e inadmisible que el Barça no haya podido fichar a ninguno de sus verdaderos objetivos, los fichajes pretendidos por Xavi como Bernardo Silva y Kimmich y que para poder encajar el salario de Gundogan, Íñigo Martínez, João Félix, Cancelo y el fichaje de Oriol Romeu haya sido necesario traspasar a Dembélé, Nico y Abde, además de ceder Ansu Fati y Eric García. El plan real era, primero, poder fichar 1:1, es decir destinando íntegramente las plusvalías de las ventas a operaciones que atrajeran al Camp Nou futbolistas de primer nivel, algo imposible de acometer por falta de margen salarial, excedido según LaLiga, limitando el uso el beneficio de las ventas al 40% y el 60% en algunos casos excepcionales.

El golpe de suerte fue la impensable fuga de Dembélé, que le vino de perlas a Laporta cuando se descubrió que la palanca de Barça Studios era una milonga y sobrevino la urgente necesidad de tapar un agujero de 60 millones. La promesa de que un inversor alemán lo iba a arreglar todo también fue otro embuste de modo que con los traspasos pudo inscribirse a futbolistas en cola desde hace meses y Laporta rebuscar en sus bolsillos para poder encajar la cesión de Cancelo y así evitar que Xavi protestara por la injerencia de traer a João Félix. 

Por estos motivos es tan distinta la versión de otro periodista, Salvador Sostres en ABC. “Los inversores retrasan los pagos -relata-porque es tal el humo en que se basan las operaciones -Barça Media es un escándalo que en cualquier club normal marcaría un antes y un después- que la junta directiva ha tenido que contraavalar el aval del empresario alemán, que de momento no ha querido dejar tirado al Barça pero que no ve nada clara su inversión y reclama muchas más garantías. Parece un trabalenguas, pero más se traba la verdad. El contra aval lo garantiza el Banco Sabadell, cuyo subdirector general y director de Relaciones Institucionales y Seguridad Corporativa es Álvaro Echevarría, hermano de Alejandro Echevarría y ambos cuñados de Laporta. Un dato curioso -sólo digo curioso- es que la cantidad que han tenido que avalar Laporta y sus directivos es la misma por la que a última hora Mendes cerró el traspaso de Abde al Betis. Todo queda entre los de siempre, y sólo en este terreno el proceder de Laporta es meticuloso, constante y predecible”.

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