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El lado oscuro del Raval

Siscu Baiges

Periodista de Solidaritat i Comunicació - SICOM, activista, cabrejat amb les injustícies
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‘El lado oscuro del Raval’. Este es el título del podcast que semanalmente podéis encontrar aquí. Es una iniciativa de la Fundación Àmbit Prevenció que implica a personas que viven o frecuentan el barrio y que son consumidores habituales de drogas. El centro de operaciones lo tienen en la calle Robador y el locutorio, que lo cede la cooperativa Colectic, en la calle Salvador. Me invitaron a compartir con ellos unos ratos de preparación y grabación de sus programas y tuve la sensación de que me enseñaban el Raval real, humano y luchador contra los estigmas, la vulnerabilidad y la marginación a la que se somete a gente con historias personales muy duras y complicadas.

Nací en la calle Robador hace 66 años. Mis padres vivían en una lechería que había creo que en el número 10 y que gestionaban los padres de mi madre. Cuando yo tenía seis años mis padres, mi hermano y yo nos fuimos a vivir a la Ronda del Guinardó. Por tanto, mi memoria no ha retenido recuerdos del tiempo que viví allí. Sé de la calle Robador de aquella época, que entonces se llamaba Robadors, lo que me contaron mis padres y lo poco que he leído en medios de comunicación y libros. Era y es una calle en la que la prostitución estaba y está muy presente. He pasado de vez en cuando por él a lo largo de mi vida. Su entorno se ha ‘esponjado’, como llamaron a la operación urbanística de tirar casas para instalar allí la Filmoteca de Catalunya, un hotel enorme o la sede de la Unión General de Trabajadores.

Ahora, cuando he vuelto allí de nuevo, porque, casualidades de la vida, un amigo trabaja en el local de la Fundación Àmbit Prevenció en el programa de Reducción de Daños, he conocido a personas de carne y hueso que asumen de forma natural sus adicciones e intentan compaginarlas con una vida que la realidad y la sociedad les ha puesto bastante difícil. Colaborar en “El lado oscuro de la vida” les ayuda a sentirse útiles ya divulgar las denuncias, necesidades e ilusiones de sus invitados semanales.

En un par de semanas he conocido a chicos y chicas con discapacidades mentales, ayudados por la Asociación Catalana d’Integración y Desarrollo Humano (ACIDH), felices de ser escuchados y participar en la preparación de uno de los podcasts del programa. También he conocido a un chico sirio, refugiado en nuestra casa desde hace cinco años, que me enseñó los agujeros de las seis balas que tenía en el cuerpo, una de las cuales, alojada en un pulmón, los médicos no se atreven a sacarle por miedo a complicaciones durante la operación. Este chico se está planteando volver a su país, donde la amenaza de su detención es evidente, porque no hay forma de que regularice su situación administrativa aquí.

Ha sido un curso acelerado, una bofetada de realidad. Bofetada que agradezco y que recomiendo a todos aquellos que quieran vivir mirando más allá de las pantallas de sus ordenadores, móviles y ombligos. En mi calle, la calle en la que nací, hay una gente fantástica, trabajadores y trabajadoras de Àmbit Prevenció que intentan reducir los daños físicos y morales que sufren otras personas que tienen derecho a ser tratadas como tales pero que no se les respeta. Gente que encontraréis cada semana en “El lado oscuro del Raval”, aunque yo creo que hay más luz en este Raval que en los despachos y casas de los poderosos y privilegiados que viven de espaldas a ella.

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