La asamblea general de la Comunidad de Regantes de los Canals de Urgell ha aprobado casi por unanimidad este lunes destinar las reservas de 50 hectómetros cúbicos de agua, que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) autorizó la semana pasada, a salvar la cosecha de los fruteros.
Se trata de unas 9.300 hectáreas que, de este modo, podrán hacer cuatro turnos de riego. Por otro lado, una parte del agua se guardará de cara a la próxima campaña.
Por el contrario, la medida «sacrifica» 13.000 hectáreas de cereal de verano y forraje, cultivos que no se pueden regar desde el cierre de la infraestructura a finales de abril y por los cuales los agricultores podrán pedir ayudas que oscilarán entre los 700 y 900 euros por hectárea, cifra que podría aumentar.