Las donaciones de sangre crecen en 2022, pero las de plasma no cubren las expectativas

Son dos procesos diferentes, pero igualmente necesarios para las personas enfermas

Donació de sang

El grosor más grande de donantes del Banco de Sangre y Tejidos tiene entre 45 y 70 años, y representa más del 50% del total. Son personas con un fuerte compromiso con el Banco, y si en 2022 han subido las donaciones de sangre ha estado gracias a ellos. Durante este periodo, han incrementado la frecuencia de donaciones que hacían anualmente, y así han equilibrado una reducción de la entrada de nuevas personas.

En declaraciones al EL TRIANGLE, Joan Ramon Grífols, director asistencial del Banco de Sangre y Tejidos, explica que “la pandemia ha condicionado mucho la donación de primera vez, y en especial la franja de edad entre 18 y 35 años. Nos ha condicionado porque muchas de las campañas que organizábamos en ámbitos universitarios se tuvieron que aplazar por el hecho que las universidades empezaron a trabajar virtualmente. Esto condicionó las campañas con este público, que es el gran foco de donantes de primera vez y el más joven”. En relación con el total de donantes de sangre, las personas de entre 20 y 24 años no llegan al 10%.

Según detalla Joan Ramon Grífols, existe otra franja de edad que también se tendría que incrementar. Es la que va de los 30 a los 34 años, y representa solo el 6% del total. Grífols concreta que “este segmento es teóricamente activo profesionalmente y motivado, pero tiene unos tantos por cientos de donación que podrían ser superiores”. Aun así, y gracias al aumento de la frecuencia de las donaciones de sangre, se han podido cubrir todas las necesidades de las personas enfermas de Cataluña, cosa que agradece el director asistencial.

La Estrella Coromines es una gran defensora de las donaciones al Banco, y pose como ejemplo su experiencia vital para convencer de la necesidad de hacerse donante. Con 18 años ya era donante y siempre hacía el máximo de donaciones que le permitía el Banco. Cuando nacieron sus gemelos, tuvieron que ser receptores de sangre y de leche materna para garantizar su supervivencia. “Si no llega a ser por la sangre de donante, mis hijos no estarían vivos”, rememora la Estrella al EL TRIANGLE.

La placenta que compartían sus hijos se desprendió y dejaron de estar conectados a la madre, hecho que ponía en riesgo su vida. Recuerda que, “cuando nacieron, a uno de los dos gemelos ya no le quedaba nada de sangre en el cuerpo. Nació con parada y tardaron 17 minutos a reanimarlo. Sin sangre, no hay vida”. A los dos pequeños, los tuvieron que hacer varias transfusiones, y a pesar de las numerosas dificultades que tuvieron que superar, el equipo médico los salvó y ahora ya tienen tres años y ninguna secuela. El hecho de recibir leche materna de madres donantes durante aquellos primeros momentos de vida también los dio fuerza y nutrientes para salir adelante.

La Estrella tiene muy claro que sus hijos están vivos gracias a las personas que hacen donación de sangre y de leche materna, y por eso, quiere que “cuando cumplan 18 años, podamos ir los tres a dar sangre. Me gustaría mucho”. Actualmente, la Estrella vuelve a estar embarazada y tiene claro que quiere devolver todo aquello que otras le han dado. “Mis hijos fueron receptores y yo ahora quiero ser donante de leche materna, porque aquella leche fue una medicina para ellos. Me dio paz que la recibieran, porque yo no podía hacerlo en aquellos momentos”, dice.

A diferencia de la donación de sangre, la de plasma “se ha quedado corta”, y “todavía falta mucho camino para recorrer para llegar a una autosuficiencia en hemoderivados, que son componentes estables que se obtienen de la materia prima que es el plasma”, explica Joan Ramon Grífols. Para el año 2023, el reto fijado es llegar a las 32.000 donaciones de plasma, que serían 11.000 más de las que se han hecho durante el 2022. La voluntad es disponer de suficiente materia prima (plasma) para poder fabricar las inmunoglobulinas, que son el gran componente farmacéutico que necesitan los enfermos.

En cuanto al balance en tejidos, Joan Ramon Grifols expone que han disminuido los donantes durante el 2022, pero no el número de tejidos obtenidos, que es más alto que otros años. “El proceso de obtención de los tejidos se optimiza mucho más y se puede conseguir un gran abanico”, afirma. Los adelantos científicos en este campo son esperanzadores y, según explica, “hay estudios en fase dos donde se empiezan a ver elementos sintéticos capaces de transportar el oxígeno. Son capaces de transportarlo y liberarlo a las células o tejidos donde sean necesarios. A medio y largo plazo podremos disponer de ciertas alternativas tanto en cuanto a los glóbulos rojos como a los tejidos”.

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