El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha presentado este viernes el H2Med, el nuevo hidroducto entre Barcelona y Marsella. Una obra colosal de 455 kilómetros que costará 2.500 millones de euros y que, finalmente, no traerá gas. El proyecto ha sido acordado por Francia, España y Portugal.
La tubería, que no estará terminada hasta el 2030, se diseñará exclusivamente para transportar hidrógeno verde, con el objetivo de garantizar que Europa asume la mitad del coste.
El hidroducto ya no traerá gas, tal y como se preveía inicialmente, sino que transportará únicamente hidrógeno verde, la que está llamada a ser la energía del futuro, sobre todo en términos de movilidad. Y es que la UE sólo subvenciona el 50% de los proyectos si son para nuevas tecnologías.
Por eso, el proyecto, que se ha presentado en Alicante con la presencia de Emmanuel Macron, Úrsula von der Leyen y António Costa con motivo de la cumbre EU-MED 9, se ha planteado con tres objetivos principales: reducir las emisiones, confirmar el tráfico de las energías fósiles a las energías ecológicas y garantizar la autonomía energética de Europa.
Asimismo, Sánchez explicó que con este acuerdo, «España pretende ser una de las potencias mundiales de hidrógeno verde» su alta capacidad de producirlo a través de tecnologías verdes.