La delegación del voto solicitada por Lluís Puig, diputado de Junts que se marchó a Bélgica para evitar responder ante la justicia española como dirigente del procés, ha sido aceptada de entrada por la presidenta del Parlamento de Cataluña, Laura Borràs, sin que esa decisión haya pasado antes por la Mesa de la cámara.
El PSC, el único partido no independentista con representación en la Mesa, y Cs han registrado peticiones de reconsideración y quieren que Borràs pida un informe jurídico a los servicios jurídicos del Parlamento de Cataluña. La reunión de la Mesa y la Junta de Portavoces para tratar esta cuestión ha retrasado el inicio del pleno de investidura este viernes por la mañana.
Socialistas y naranjas esgrimen contra la decisión de Borràs que los servicios jurídicos del Parlamento catalán, en 2018, ya se pronunciaron en contra de aceptar la delegación del voto en casos como el de Puig, ya que no concurre ninguno de los supuestos excepcionales previstos por el artículo 93 del reglamento de la cámara.
El voto delegado de Puig no fue aceptado por la Mesa de Edad durante la sesión constitutiva del Parlamento catalán, a pesar del voto favorable de Ernest Maragall (ERC), ya que los otros dos integrantes, los diputados David González (PSC) y Alberto Tarrades (Vox), se opusieron.
Por otra parte, Borràs también ha aceptado que deleguen los votos diputados que han alegado razones médicas para ausentarse del pleno de este viernes, como Eusebi Campdepadrós (Juntos) y Ruben Wagensberg (ERC).