El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, es un empresario singular. Su negocio, la cadena de gasolineras Petróleos Independientes, dedicada a la venta de combustible low cost, está basado en tener muy poco personal en plantilla y, de este modo, ahorrar nóminas para obtener los máximos beneficios. Un planteamiento muy poco patriótico y social.
Lo explica su socio, Jordi Roset, en una entrevista publicada en el diario El Món: “La suerte que ha tenido Petróleos Independientes es que la mayoría de nuestras gasolineras son automáticas y la estructura de personal es muy pequeña y es más fácil de soportar, pero gasolineras que tienen siete u ocho personas, lo tendrán muy difícil. Como en todos los sectores, habrá muchas gasolineras que tendrán que cerrar”.
Sobre el impacto de la bajada del precio del petróleo en su negocio, Jordi Roset afirma: “Nosotros no ganamos porcentualmente, sino que ganamos x céntimos el litro. Si el litro está a 1,5 euros, ganamos 10 céntimos, y si está a 0,9 euros, también ganamos 10 céntimos. Pero está claro, preferimos que sea más barato porque entonces la gente consume más y va más lejos. Ahora bien, con la movilidad totalmente restringida, que el litro esté más barato no estimulará el consumo hasta que no haya el desconfinamiento avanzado”.
Pero, a pesar de la pequeña estructura de costes de personal, a Petróleos Independientes no le salen los números. “Ahora mismo estamos sobre un 40% de las ventas, y el fin de semana estamos entre el 9% y el 10%. Pero los días laborables del primer mes del estado de alarma estábamos al 10%. Es nefasto para nuestro sector, porque los márgenes que tenemos son muy pequeños y el gasto muy grande. Si con estas ventas tenemos que pagar a los trabajadores, los suministros eléctricos, en algún caso el alquiler, etc, imposible”, señala el socio de Joan Canadell.
La cadena Petróleos Independientes explota 10 gasolineras en Cataluña y se define como una “empresa con conciencia social”.