La presentación de la propuesta de remodelación del mercado de la Abaceria de Gràcia, el pasado 27 de julio, ha provocado desencanto y críticas internas en Barcelona en Común. Destacados miembros de la formación que lidera Ada Colau consideran que se ha presentado un proyecto prácticamente calcado al que había elaborado el Instituto Municipal de Mercados de Barcelona durante el mandato de Xavier Trias, y que participará ineludiblemente de la gentrificación del barrio. La presentación corrió a cargo del concejal del distrito de Gràcia, Eloi Badia (Barcelona en Común), y la concejala de Comercio y Mercados, Montserrat Ballarín (PSC).
La propuesta del gobierno de Ada Colau es que el mercado remodelado cuente con una planta a la altura de la calle, un altillo y tres plantas subterráneas.En los aproximadamente 3.900 metros cuadrados de la planta baja se instalarían 50 establecimientos interiores de alimentación y 12 no alimentarios se colocarían en el exterior. También se dedicarían 350 metros cuadrados a cooperativas de producción y 750 metros cuadrados a un nuevo establecimiento de autoservicio. El altillo, de 1.100 metros cuadrados, lo compartirían las oficinas del mercado, los servicios, espacios polivalentes para uso asociativo (cultural, lúdico y social) y una sala polivalente para talleres de alimentación y cocina.
En el primer sótano (1.200 metros cuadrados) se habilitaría un almacén para los nuevos operadores (cooperativas, autoservicio,…). En el segundo (3.600 metros cuadrados) habría un almacén para los operadores del mercado tradicional, un espacio para el tratamiento de residuos, una zona logística de carga y descarga y otro para vehículos comerciales de los operadores. Finalmente, el tercer sótano (3.600 metros cuadrados) lo compartirían una nueva plataforma para la implantación de un Centro de Distribución Urbana y 50 plazas de aparcamiento para clientes y usuarios del mercado.
El de la Abaceria es el último de los seis grandes mercados municipales pendiente de remodelación. Los paradistas presionan hace tiempo para que se acelere el proceso. Lamentan que vaya disminuyendo progresivamente el número de visitantes y clientes y el de paradas abiertas. En los últimos cinco años se ha pasado de 37.982 visitantes semanales a 24.180. Y las paradas abiertas sólo representan el 32% de la oferta en el interior y el 28% en el exterior.
Hasta ahora, Barcelona en Común parecía más cercana a los colectivos vecinales -como la plataforma Gràcia on vas?– y los comerciantes habían criticado la lentitud del gobierno municipal en presentar la propuesta definitiva. La que presentaron Badia y Ballarín el día 27 está más próxima a la que reclaman los vendedores. Contrariamente, Gràcia on vas? considera que la reforma perpetúa un modelo obsoleto. Tanto esta plataforma como la Xarxa d’Aliments de Gràcia o el grupo de consumo El Pinyol Vermell se oponen a la inclusión en el nuevo mercado de un establecimiento de autoservicio y de un aparcamiento para la clientela.
Las voces discordantes de Barcelona en Común con el proyecto de reforma del mercado asumen estas críticas, además de considerar que la propuesta será un elemento más en la gentrificación del barrio de Gràcia.
Si sale adelante el proyecto del gobierno de Ada Colau -que cuenta con el apoyo de todos los grupos municipales menos el de la CUP, que aún no se ha pronunciado- los paradistas se desplazarían a un edificio provisional situado en el paseo de San Juan , entre las calles de San Antonio María Claret e Industria. El proyecto arquitectónico se realizaría el próximo año, las obras comenzarían en 2018 y tendrían una duración de dos años a dos años y medio.