El presidente Artur Mas, como Oriol Junqueras, considera que el «Sí» a la independencia obtendrá la victoria en clave plebiscitària el 27-S si suma 68 o más diputados, y no una mayoría de votos, como apunta la CUP. Las dos candidaturas favorables a la secesión -Junts pel Sí y la CUP- tenían un ‘pacto de no agresión’ no explícito para no ‘pescar’ los votos del otro durante la campaña, pero un destacado dirigente de Convergència, el consejero Felip Puig, ha abierto las hostilidades al día siguiente que Mas firmara el decreto de convocatoria de elecciones.
Según Puig, Junts pel Sí (CDC, ERC y las entidades independentistas) necesita una gran mayoría para pilotar el ‘proceso’ y un voto a la CUP resta lo mismo que uno a Catalunya Sí que es Pot (la lista de Podemos e ICV-EUiA). Asimismo, ha tildado de «condición imprescindible» para que el ‘proceso’ quede legitimado en España y el mundo que la candidatura de Junts pel Sí logre 65-68 escaños, para evitar que la fragmentación del voto lo debilite, argumenta.
La apelación al voto útil, de manera más sutil, ya la empleó Mas el pasado 30 de julio, cuando pidió concentrar el voto por la independencia en la candidatura en la que el presidente es número 4 por Barcelona y candidato a la presidencia. Entonces señaló que Junts pel Sí era la lista temida en Madrid y manifestó que esperaba que aquellos que apostaban por la unidad el 27-S recibieran el reconocimiento de la gente. Excluía, así pues, a la CUP.
«Es obvio que Felip Puig no es un activo para el proceso, y por eso no va en listas», ha respondido el exdiputado cupaire David Fernàndez, si bien también es evidente que Puig actúa en esta precampaña como dirigente convergente y que sus declaraciones no chocan con el parecer del presidente Mas.